Miel-isa

Cuando nacio mi mama la puso en mi recamara, en la cama blanca de al lado, los muebles eran blancos porque reflejaban nuestra inocencia. Por las noches me dormia mas tarde para ver el espectaculo; ella se iba quedando dormida al mismo tiempo que en el techo aparecian estrellas gigantescas como soles, y una de esas estrellas (la que se encontraba encima de su cuerpo cubierto con la cobija de unicornios) destilaba miel amarilla, cristalina. La miel la empapaba toda mientras ella dormia. Al principio crei que podia ahogarse con la miel sobre la cara, pero la suave miel no la heria. Sucedio noche a noche por dos decadas.
Ahora, reconozco la miel impregnada en sus ojos, su sonrisa, sus sentimientos, su voluntad. Ella alimenta a su hijito con miel.
Me gustaria volver a esa recamara con techo de soles.